martes, 22 de julio de 2008

Francia y su reestructuración geopolítica

A lo largo de la historia Francia se ha caracterizado por ser una potencia protagonista en el marco hegemónico mundial. Las ideas de la ilustración marcaron una época en la historia oficial de occidente. Francia fue el marco de referencia de muchas generaciones que veían en su política un modo a seguir para alcanzar la cuasiperfección del sistema político que comprendía la formación del Estado nacional. Sin embargo, en el siglo XX, Francia perdió mucho de su poder e influencia internacional debido a su trasiego durante la Segunda Guerra Mundial.

No obstante, en el contexto actual Francia ha buscado recuperar ese protagonismo internacional en materia geopolítica, proyectando una política exterior decidida a aumentar su grado de influencia sobre zonas estratégicas como el Mediterráneo, Medio Oriente, África del Norte e incluso América Latina.

Desde su campaña en 2006 y su posterior elección en mayo del año siguiente, el presidente francés Nicolás Sarkozy, de padre inmigrante húngaro, delineó una política exterior destinada a la recuperación de esa influencia que durante la historia contemporánea París tuvo hacia Occidente. El texto siguiente versará sobre cómo Sarkozy en estos tiempos busca recuperar ese otrora gran poder político de Francia.

Lamentablemente para los franceses, Sarkozy ha centrado su gobierno en la dirección de una política exterior eficaz, polémica, independiente, diplomática (a medias) y sobre todo protagonista, en lugar de tratar asuntos urgentes para su país como política sindical, finanzas públicas, baja tasa de natalidad, entre otros.

El más claro ejemplo de la reestructuración geopolítica de Francia es su reciente incorporación militar a las fuerzas de la OTAN, hecha pública hace pocos días a iniciativa de Sarkozy. Cabe recordar que desde los años sesenta, desde el gobierno del general Charles de Gaulle, Francia se distanció en materia de armamento y personal militar de los dictados de la OTAN, es decir, el país galo fue y siempre ha sido un miembro permanente de la organización transatlántica, sin embargo, su personal militar y armamentístico nunca fue incorporado para misiones de la OTAN. El más claro ejemplo es la recién invasión de la OTAN a Afganistán en 2001, misma que fue rechazada por el entonces presidente francés Jacques Chirac y en donde no participaron tropas francesas en las operaciones militares.

Asimismo, hablando de cuestiones militares, Francia reducirá sus tropas estacionadas en Alemania, cerrará algunas bases militares en el Pacífico y abrirá una nueva en Medio Oriente, exactamente en los Emiratos Árabes Unidos, esto con el fin de reorganizar sus fuerzas armadas. Además, el ejército de planta en Francia reducirá en miles sus efectivos regulares y el gasto militar se enfocará en el mejoramiento de armamento de punta y de nueva generación.

Ahora bien, un artículo reciente publicado en el Council on Foreign Relations (CFR) de Estados Unidos, relata que Francia está buscando una estabilidad internacionalmente hablando. Desde la concreción de la Unión Europea, los países de Europa perdieron protagonismo individual en el contexto internacional y poco se dedicaron a buscar una política internacional que delineara realmente la postura de equis país en lugar de la de un bloque común. La política exterior de Sarkozy va directamente en contra de esa máxima y busca peligrosamente independencia del bloque. A continuación un pequeño listado de las acciones que Sarkozy ha realizado en pro del aumento del protagonismo francés en la escena global.

El rescate de Ingrid Betancourt no fue ninguna casualidad, ni ningún acto político de índole publicitaria por parte del gobierno de Francia; fue un acto de demostración de poder y sobre todo un acto de renovación de la política exterior francesa. Francia participó activamente en la liberación de los rehenes de las FARC e incluso ofreció un avión militar para su traslado desde la Guyana Francesa, a pesar de que Colombia se adjudica totalmente el rescate, Sarkozy en todo momento estuvo atento a lo que sucedía en la región selvática dominada por las FARC.

La política francesa hacia Medio Oriente. Hace no muchos meses, Sarkozy durante una gira de trabajo a Medio Oriente se reunió con el presidente Ehud Olmert en Israel, asimismo sostuvo pláticas con el dirigente palestino Mahmud Abbas. Ambas reuniones estuvieron encaminadas a discutir la frágil situación en territorios palestinos y a ofrecer a ambos actores la posición de Francia como mediador y como un atento seguidor a las negociaciones de paz entre Israel y territorios palestinos.

La presidencia semestral de la Unión Europea recientemente asumida por Francia el 2 de julio, representa para Sarkozy la oportunidad perfecta para encumbrar la influencia francesa en la política exterior europea tal y como lo hizo la canciller alemana Angela Merkel durante su estancia al frente de la UE en el primer semestre del 2007. En lo que más se enfocará Sarkozy durante su presidencia será en sacar las reformas estructurales que la Unión Europea necesita para su desarrollo a lo largo del siglo XXI. Estas reformas y cambios en la regulación, estructura, organización, constitución y conformación del bloque están contenidas en el Tratado de Lisboa, destinado a fortalecer la unión de los países miembros, el cual fue firmado en diciembre pasado por los líderes de los países miembros y que se espera entre en vigor el 1 de enero de 2009, siempre y cuando todos los países miembros (27) lo ratifiquen mediante mecanismos contenidos en el marco legal de cada país. En este sentido, el reciente rechazo en un referéndum por parte de Irlanda pone en aprietos los intentos de Sarkozy de impulsar el referido tratado. Sarkozy se encuentra en Irlanda con el objetivo de convencer a la clase política de aquel país para que sea renegociada la posición y no entorpezca los intentos de fortalecimiento de la UE. (Deutsche Welle 21/7/08).

La Unión por el Mediterráneo es a mi parecer el más claro ejemplo de la reestructuración geopolítica de Francia. Firmada por más de 40 países de África del Norte, Medio Oriente y Europa, la Unión por el Mediterráneo surgió a iniciativa del presidente francés para forjar un marco conjunto de trabajo concerniente a temas que ocupan a todos los países unidos por el Mare Nostrum. Dichos temas abarcan desde migración, cooperación para el combate al terrorismo hasta búsqueda de fuentes alternativas de energía y como plan más ambicioso el establecimiento de una zona de libre comercio para el año 2010. (Radio France Internationale 13/7/07).

La creación de la UpM responde al interés de Francia de afianzar su influencia en las zonas colindantes al Mediterráneo fuera del marco de la UE, lo que ha suscitado críticas de otras potencias europeas como Alemania y Gran Bretaña quienes de hecho en un principio no fueron contempladas en participar en el proyecto.

Otro gran logro que se le puede atribuir a Sarkozy es que en el marco de la inauguración de la Unión por el Mediterráneo su mediación resultó clave para el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Siria y Líbano, países que nunca habían tenido relaciones políticas. De hecho recientemente se informó que ambos países abrirán sus respectivas embajadas a fin de afianzar el acuerdo realizado por los dos dirigentes nacionales.

En resolución, Francia a través de Nicolás Sarkozy está llevando a cabo una estrategia de protagonismo internacional en cuestiones políticas, militares e incluso financieras. Estamos ante el regreso de Francia como potencia mundial influyente, empero, esa influencia dependerá mucho del éxito de los proyectos impulsados por Sarkozy; así, se podrá apreciar verdaderamente el alcance de la política exterior francesa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

YA TE DIJE WEY QUE TE ENCARGUES DE HISTORIA Y YO HAGO LO DE RELACIONES INTERNACIONALES.

SALUDO